Liturgia de las horas

Laudes

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios, a quien Juan mostró lleno de alegría.

Salmo 94

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras."

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. 

Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios, a quien Juan mostró lleno de alegría.

HIMNO

Niño que, antes de nacer,
reconoce a su Señor
y da saltos de placer
bien puede llegar a ser
su profeta y precursor.
 
Su nombre será san Juan,
su morada los desiertos;
langostas serán su pan;
sobre el agua del Jordán,
verá los cielos abiertos.
 
Otros le vieron lejano
y le anunciaron primero;
Juan le ve ya cercano
que va extendiendo su mano
y señalando al Cordero.
 
Está llegando la hora,
ocaso de un Testamento,
pero del nuevo la aurora,
con la gracia triunfadora
de Juan en el nacimiento.
 
La ley vieja en él fenece,
la de gracia en él apunta;
de donde claro parece
que en este niño amanece
libertad y gracia junta.
 
Claro espejo es el Jordán,
después que los dos se han visto
y abrazos de paz se dan:
resplandece Cristo en Juan,
y Juan reverbera en Cristo.
 
Juan a Jesús bautizaba,
el cielo entero se abría,
la voz del Padre sonaba,
la Paloma se posaba
en gloriosa teofanía.
 
Nunca se podrá acallar
la voz que habló en el desierto,
aunque le hayan de cortar
la cabeza; estará muerto,
mas no dejará de hablar.
 
Gloria al Padre muy amado,
gloria al Hijo Salvador,
que nos libra del pecado,
y gloria al que él ha enviado,
al Espíritu de Amor. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Le pondrán por nombre Juan, y muchos se alegraran de su nacimiento.

Salmo 62, 2-9
EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas.

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
 
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
 
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
 
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. Le pondrán por nombre Juan, y muchos se alegraran de su nacimiento.

Ant. 2. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.

Cántico Dn 3, 57-88. 56
TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR
Alabad al Señor, sus siervos todos (Ap 19, 5).

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
 
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
 
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor. 
 
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor. 
 
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor. 
 
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor. 
 
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor. 
 
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor. 
 
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor. 
 
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
 
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
 
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor. 
 
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor. 
 
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
 
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor. 
 
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor. 
 
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. 
 
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
 
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
 
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.

Ant. 3. A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

Salmo 149
ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se alegran en su Rey, Cristo, el Señor (Hesiquio).

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
 
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
 
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
 
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
 
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

LECTURA BREVE Ml 4, 5-6

Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.

RESPONSORIO BREVE

V. Será grande a los ojos del Señor y  se llenará del Espíritu Santo.
R. Será grande a los ojos del Señor y  se llenará del Espíritu Santo.
V. Irá delante del Señor, preparándole un pueblo bien dispuesto.
R. Y se llenará del Espíritu Santo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Será grande a los ojos del Señor y se llenará del Espíritu Santo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. A Zacarías se le soltó la boca y profetizó, diciendo: «Bendito sea el Dios de Israel».

BENEDICTUS Lc 1, 68-79
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
 
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
 
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
 
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
 
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. A Zacarías se le soltó la boca y profetizó, diciendo: «Bendito sea el Dios de Israel».

PRECES

Acudamos confiadamente a Cristo, que envió a su precursor Juan delante de él a preparar sus caminos, y digámosle:

Visítanos, Sol que naces de lo alto.

Tú que hiciste que Juan saltará de gozo en el vientre de Isabel,
- haz que nos alegremos siempre de tu venida a este mundo.

Tú que, por las palabras y obras del Bautista, nos has señalado el camino de la penitencia,
- convierte nuestros corazones a la observancia de los mandamientos de tu reino.

Tú que quisiste ser anunciado por boca de hombre,
- envía al mundo entero heraldos de tu Evangelio.

Tú que quisiste ser bautizado por Juan en el Jordán,
- para que se cumpliera así todo lo que Dios quería, haz que nos esforcemos sinceramente en el cumplimiento de la voluntad divina.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad  en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. 

ORACIÓN

OH, Dios,
que suscitaste a san Juan Bautista
para que preparase a Cristo el Señor
una muchedumbre bien dispuesta,
concede a tu pueblo el don de la alegría espiritual
y dirige los corazones de todos los fieles
por el camino de la salvación y de la paz.
Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.